LOS SECRETOS DE CONNAUGHT SQUARE

Author:Anne Perry
Language: es
Format: mobi
Published: 2009-02-18T00:00:00+00:00

Era demasiado tarde para ir a ver a tía Vespasia ese día, pero a la mañana siguiente Charlotte se puso su mejor vestido de visita, aunque el corte era claramente del año anterior porque todavía no había tenido motivo ni incentivo para arreglarlo. Desde el descenso de categoría de Pitt de jefe de Bow Street a la Brigada Especial, no le había surgido ninguna excusa u oportunidad para asistir a algún acto social de cierta importancia. Hasta ese momento, mirando su vestuario que ya hacía tiempo que no renovaba, no había caído en la cuenta.

Sin embargo, no disponía de dinero para gastar en caprichos superfluos como un vestido a la moda cuando los que tenía abrigaban; además, eran favorecedores y perfectamente apropiados.

No había transcurrido tanto tiempo desde que se habían preocupado de si tenían comida y carbón.

Lo que más lamentaba era no haber tenido oportunidad de ayudar a Thomas, lo que en sí mismo habría sido importante, y, como aliciente añadido, le habría dado un pretexto para pedir prestado algo glamuroso a Emily, o hasta a la mismísima tía Vespasia, que a pesar de ser de la generación anterior, tenía su misma estatura.

Descolgó su vestido color ciruela y se lo puso, y quedó complacida al ver que al menos le sentaba bien. Encontrar el sombrero adecuado fue menos fácil, y se decidió por uno negro con un suave toque rosa rojizo. No le gustaba en realidad, pero no tenía nada mejor y nadie podía ir de visita sin un sombrero o un tocado. Por encima de sus sentimientos, no quería hacer avergonzar a Vespasia si coincidía con otra visita. Nadie quería parientes pobres, aunque lejanos, y menos aún con mal gusto para vestirse.

Gracie se despidió de ella con entusiasmo y consejos de última hora e instrucciones. No se habría mostrado tan impertinente si se hubiera parado a pensar, pero su impaciencia pudo más que el decoro.

—Necesitamos saber cómo es la vida en esa casa —dijo ceñuda—. Le han hecho algo. Tenemos que averiguar qué y por qué.

—Le diré a tía Vespasia la verdad —respondió Charlotte de pie en los escalones de la entrada, mirando el cielo.

Hacía un bonito día soleado pero frío.

—No va a llover —observó Gracie con tono contundente.

—No, eso ya lo veo. Solo pensaba que es el típico día en que a todo el mundo se le ocurre salir con su madre a hacer una visita. Ojalá tenga suerte y la encuentre sola, porque no es la clase de conversación que me gustaría que alguien interrumpiera.

—Bueno, tiene que intentarlo —la apremió Gracie—. Y no se me ocurre nadie mejor que lady Vespasia. No conocemos a nadie más, a menos que sean amigos de la señora Radley. Podría planteárselo, por supuesto.

—Lo haré, pero no creo que Emily sea de gran ayuda —respondió Charlotte, saliendo a la calzada—. No lleva suficiente tiempo aquí. Volveré cuando ya no pueda hacer nada más. Adiós.

Charlotte echó a andar con resolución, concentrada en encontrar un coche de punto antes que ahorrar dinero y perder tiempo cogiendo varios omnibuses.

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